viernes, 5 de marzo de 2010

Levanta la mano para que te vea




“¿Qué gano yo con aprender esto?", preguntó el discípulo nuevo al maestro. El maestro, un filosofo Griego, llamó a otro discípulo y le dijo. "Dale a este una moneda. Parece que no puede aprender si no gana algo."

La cita de arriba, la leí una vez en la introducción de un libro de pedagogía, en aquellos años en los que aun estudiaba por los mismos motivos de aquel discipulo de la cita. En esos días, al igual que aquel discipulo, yo tambien usaba estrategias similares para pasar de año y graduarme.

¿Qué es una estrategia? Pues bien, una estrategia en el ámbito de la educación es una artimaña que los alumnos utilizan, sean conscientes de ello o no, para lograr los objetivos académicos deseados, o mas bien, los objetivos académicos que se le han puesto por delante : lograr la calificación mas alta para obtener una beca en la universidad, figurar en el cuadro de honor, obtener una calificación en el boletín que acredite que aprueba la materia, pasar de año a como de lugar, obtener permiso para salir el fin de semana o algo así. En fin. Existen un sin numero de motivos por los cuales un alumno recurre a una estrategia. Pero en ningún caso la meta es aprender. No, no señor. Nadie estudia para aprender. Al menos eso no es lo que le ponen a uno como objetivo.

En cierta ocasión, una joven me contrató como profesora en una empresa conocida en la Argentina. Durante varios meses intenté enseñarle a hablar mejor pero sin lograrlo. Al poco tiempo me di cuenta que ella me había contratado solo porque le aterraba un examen. No estaba interesada en aprender, solo en aprobar el examen de nivelación que le tomaba la empresa a fin de año. No era su interés saber hablar inglés.

No había nada de malo en la meta de esta joven. Ella quería cumplir con las metas que la gerencia le imponía. Por lo tanto, desde ese punto de vista fue muy loable el esfuerzo. Pero en realidad, es una perdida de tiempo y dinero. Y si me preguntan a mi…La vida es muy corta para andar desperdiciando el tiempo y el dinero en cosas que no nos gustan.

Volvamos a lo nuestro.

El Multiple Choice apesta.

La meta es aprobar, pues si no se aprueba no obtendremos aquello que se nos ofrece a cambio de la calificación (lo mencionado anteriormente o cualquier otra cosa que a mi no se me haya ocurrido). Y es que estamos sumidos en el conductismo. Los alumnos en las escuelas, los empleados en las empresas, todos son como los cachorros de Pavlov, que salivan cuando le tocan la campana. Estimulo respuesta. Si respondes correctamente te sacas un diez. Si sacas un diez te dejan salir, o te deja en paz, o te dan la beca o el puesto de team líder. No importa si hablas como un indio. Y es que lo que suceda con lo que aprendiste una hora después del examen a nadie le importa con tal de que se apruebe el examen. Esa es la meta. Aprobar. Nada más importa.

Con eso se hecha por tierra el verdadero propósito del examen. Comprobar los conocimientos obtenidos. ¡Que tontería! ¿Acaso un profesor no sabe de antemano lo que un alumno sabe o deja de saber? ¿Y por qué entonces tomar un examen?

Volvamos a Pavlov. ¿Como aprende un cachorro a comportarse bien? Básicamente se le premia el buen comportamiento. Quítesele el premio y al poco tiempo dejará el buen comportamiento. Lo mismo sucede con los exámenes. Uno estudia para aprobar, para obtener el premio (la calificación). Cuando conseguimos la calificación, y el estimulo desaparece, con él se va lo aprendido. Es por eso que lo que más nos queda grabado de la escuela es cualquier cosa menos los conocimientos. ¿O quién se acuerda de quien era Wagner? Únicamente el que haya seguido la carrera de música, o el que se llevó la materia tres veces a marzo. Pero ese que aprobó el examen de una, no tiene la más pálida idea.

¿Hay alguien que se acuerde de la fecha de Cancha Rayada? ¿O que tenga memoria de qué es un 'predicativo no obligatorio'? No, a no ser que haya sido un burro y se haya visto obligado a estudiar quichicientas veces sobre eso. Y aun así, puede ser que ya ni se acuerde.

Y de todos modos... ¿para qué carancho sirve saber la fecha de Cancha Rayada? Para nada en absoluto a menos que seamos historiadores o novelistas. Y en el supuesto caso que lo seamos o que queramos serlo...lo aprenderíamos de grandes, como los antiguos sabios hacían en aquellos gloriosos días en que uno aprendía por placer y no por un premio.

Lo que nos lleva a la siguiente pregunta. Si nunca lo usamos... ¿por qué lo tuvimos que estudiar? ¿Por qué me jorobaron con el teorema de Pitágoras, si en mi perra vida lo utilicé en la vida real? Y si lo hice no me enteré, lo que significa que la ausencia de teoría no afecta la practica.

En mi ultimos viaje a New York, descubrí que la entera ciudad es manejada por latinos, y que era absolutamente innecesario manejar bien el inglés. Todos los carteles están traducidos al español. ¿Por qué entonces torturar a la gente (a la que NO lo gusta aprender idiomas) con inglés? ¿Quién no odio a su profesora de inglés? ¿Quién? Que levante la mano.

Estrategias del conductismo nuestro de cada dia.




“¿Qué gano yo con aprender esto?", preguntó el discípulo nuevo al maestro. El maestro, un filosofo Griego, llamó a otro discípulo y le dijo. "Dale a este una moneda. Parece que no puede aprender si no gana algo."

¿Qué es una estrategia? Pues bien, una estrategia en el ámbito escolar es una artimaña que los alumnos utilizan, sean conscientes de ello o no, para lograr los objetivos académicos deseados, o mas bien, los objetivos académicos que se le han puesto por delante : lograr la calificación mas alta para obtener una beca en la universidad, figurar en el cuadro de honor, obtener una calificación en el boletín que acredite que aprueba la materia, pasar de año a como de lugar, obtener permiso para salir el fin de semana o algo así. En fin. Existen un sin numero de motivos por los cuales un alumno recurre a una estrategia. Pero en ningún caso la meta es aprender. No, no señor. Nadie estudia para aprender. Al menos eso no es lo que le ponen a uno como objetivo.

En cierta ocasión, una joven me contrató como profesora en una empresa conocida en la Argentina. Durante varios meses intenté enseñarle a hablar mejor pero sin lograrlo. Al poco tiempo me di cuenta que ella me había contratado solo porque un examen. No estaba interesada en aprender, solo en aprobar el examen de nivelación que le toma la empresa a fin de año. No era su interés saber hablar inglés.

No hay nada de malo en la meta de esta joven Ella quería cumplir con las metas que la gerencia le imponía. Por lo tanto, desde ese punto de vista fue muy loable el esfuerzo. Pero en realidad, es una perdida de tiempo y dinero. Y si me preguntan a mi…La vida es muy corta para andar desperdiciando el tiempo y el dinero en cosas que no nos gustan.

Volvamos a lo nuestro.

El Multiple Choice apesta.

La meta es aprobar, pues si no se aprueba no obtendremos aquello que se nos ofrece a cambio de la calificación (lo mencionado anteriormente o cualquier otra cosa que a mi no se me ha ocurrido). Y es que estamos sumidos en el conductismo. Los alumnos en las escuelas. Los empleados en las empresas son como los cachorros de Pavlov, que salivan cuando le tocan la campana. Estimulo respuesta. Si respondes correctamente te sacas un diez. Si sacas un diez te dejan salir, o te deja en paz, o te dan la beca o el puesto de team líder. No importa si hablas como un indio. Y es que lo que suceda con lo que aprendiste una hora después del examen a nadie le importa con tal de que se apruebe el examen. Esa es la meta. Aprobar. Nada más importa.

Con eso se hecha por tierra el verdadero propósito del examen. Comprobar los conocimientos obtenidos. ¡Que tontería! ¿Acaso un profesor no sabe de antemano lo que un alumno sabe o deja de saber? ¿Y por qué entonces tomar un examen?

Volvamos a Pavlov. ¿Como aprende un cachorro a comportarse bien? Básicamente se le premia el buen comportamiento. Quítesele el premio y al poco tiempo dejará el buen comportamiento. Lo mismo sucede con los exámenes. Uno estudia para aprobar, para obtener el premio (la calificación). Cuando conseguimos la calificación, y el estimulo desaparece, con él se va lo aprendido. Es por eso que lo que más nos queda grabado de la escuela es cualquier cosa menos los conocimientos. ¿O quién se acuerda quien era Wagner? Únicamente el que haya seguido la carrera de música, o el que se llevó la materia tres veces a marzo. Pero ese que aprobó el examen de una, no tiene la más pálida idea.

¿Hay alguien que se acuerde de la fecha de Cancha Rayada? ¿O que tenga memoria de que es un predicativo no obligatorio? No, a no ser que haya sido un burro y se haya visto obligado a estudiar quichicientas veces sobre eso. Y aun así, puede ser que ya ni se acuerde.

Y de todos modos.. ¿para qué carancho sirve saber la fecha de Cancha Rayada? Para nada en absoluto a menos que seamos historiadores o novelistas. Y en el supuesto caso que lo seamos o que queramos serlo...lo aprenderíamos de grandes, como los antiguos sabios hacían en aquellos gloriosos días en que uno aprendía por placer y no por un premio.

Lo que nos lleva a la siguiente pregunta. Si nadie se acuerda... ¿por qué lo tuvimos que estudiar? ¿Por qué me jorobaron con el teorema de Pitágoras, si en mi perra vida lo utilicé en la vida real? Y si lo hice no me enteré, lo que significa que la teoría no afecta la practica.

¿Por qué torturar a un chico con inglés, si apenas puede hablar bien su propio idioma? ¿Quién no odio a su profesora de inglés? ¿Quién? Que levante la mano.